Santoña se reencontró con un pedazo de su historia. Un estruendoso cañonazo, lanzado desde el paseo marítimo, recordó a vecinos y visitantes que tal día como ayer, pero de 1814, las tropas napoleónicas abandonaron la villa y entregaron el control de las fortificaciones a las autoridades españolas cumpliendo así con el acuerdo de capitulación firmado por España, Francia e Inglaterra. Tras seis años de dominio, la guarnición imperial abandonó el Gibraltar del Norte (así llamaban a Santoña), plaza preferida por Napoleón en el Cantábrico, con honores militares, a tambor batiente y con sus banderas desplegadas.
La villa viajó este sábado en el tiempo para conmemorar la rendición francesa pero lo hizo con un acto más sencillo que el de entonces, pero que nace con vocación de continuar y tomar más realce en próximas ediciones.
Poco antes de la una de la tarde, una pequeña tropa de soldados representando a los ejércitos de España, Francia e Inglaterra, salió con paso firme de los alrededores del Teatro Liceo y recorrió a golpe de tambor parte del casco urbano para sorpresa de decenas de vecinos que se encontraban festejando la Feria Rociera.
El acto concluyó lanzando una salva de honor desde un cañón de 48 libras y 3 toneladas de peso, traído desde La Cavada. El concejal de Turismo, Jesús Valle Rosete, destacó que «queremos que este evento vaya creciendo y que Santoña se conozca, además de por el carnaval y por la anchoa, por este hecho histórico. Hablaremos con la Consejería de Cultura y con las peñas de la villa para que se involucren».El desfile militar concluyó frente al monumento al Bicentenario, en la zona del Glacis, donde aguardaban las autoridades locales, presididas por el alcalde Sergio Abascal, así como numeroso público. En el monolito, tres soldados, uno por cada país, procedieron a firmar el tratado de la Capitulación Francesa en el que rezaba que «la ciudad y los fuertes de Santoña serán evacuados por las tropas francesas y entregados a las tropas españolas. La guarnición francesa se llevará todo aquello que propiamente le pertenezca junto con las armas, artillería y otros efectos militares...». Tras la firma simbólica se entregó una copia del manuscrito al alcalde, al teniente coronel del Patronato, Juan Luis López Carranza y al director de la real Fábrica de Artillería de La Cavada, Ángel Cuadrado.